
Los sacerdotes efectivamente sonríen, se adelantan hacia ti, en lugar de esperar a que llegues a él, y la verdad es que eso me hizo pensar que quizás les remueva especialmente los enfermos.
Otro gesto que he notado es con los niños que llevan sus padres en brazos cuando estos comulgan; el sacerdote les hace la señal de la cruz en la frente.
Son gestos pero a mi me parece que hacen que se elimine la rutina que a veces se puede observar en esos momentos tan importantes.
¡Ah! Tengo que decir que los mendigos, los indigentes y las personas mayores siguen en su linea de dejarte pasar, ayudarte, etc.
Hoy, sin ir mas lejos, la persona que me llevaba en mi silla de ruedas ha tenido que dar un pequeño rodeo para pasar por una acera porque un chico no se ha movido, mirándome, ni un milímetro.
¿Quizás estaba dormido?. ¡Pobrecito!
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