El sábado 17 contemplé un espectáculo bochornoso en tele 5: "El gran debate", creo que asi se llama.
Y este debate fue sobre el aborto. Cuatro personas a favor, mas el moderador y la ayudante del moderador (ya empezamos mal) y cuatro a "favor de la vida", que no en contra de nada, parece que es igual pero no lo es; dirán que es demagogia, etc, etc.
Y este debate fue sobre el aborto. Cuatro personas a favor, mas el moderador y la ayudante del moderador (ya empezamos mal) y cuatro a "favor de la vida", que no en contra de nada, parece que es igual pero no lo es; dirán que es demagogia, etc, etc.
Entre una cantidad de descalificaciones con muy mala educación, hay que añadir una ignorancia supina a cerca de la evidencia de la ciencia, un odio feroz hacia la Iglesia (por parte de algunas personas que decían muy alto que eran católicas); por supuesto no dejar hablar a la persona que quiere expresar sus opiniones, diciendo que son mentira.
Me llamó la atención entre otras muchas cosas el modo de expresarse y la comunicación no verbal de los contertulios, incluido el moderador.
Los que estaban a favor del aborto daban la impresión de estar enfadados, crispados diría yo, algunos hacían aspavientos al oír lo que decían los otros; el moderador dejaba caer opiniones e ideas que le alejaban mucho de la neutralidad de que debe hacer gala; llegó a decir que uno de los estados donde estaba prohibido el aborto era el Vaticano.
En cambio los que trataban de defender la vida tenían otro "talante", exponían sus opiniones con una sonrisa, con calma, escuchando las otras opiniones, eso si cuando les dejaban.
Por supuesto yo estoy a favor de la vida y tengo que decir que el debate me dejó un mal sabor de boca porque vi que ya no es cuestión de creencias, ni de opción política, ni nada por el estilo; solo es cuestión de tener una mente amplia y abierta a la verdad, a lo evidente.
Ya se que algunos dirán que la verdad no existe, pero ya lo creo que existe.
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