
Me pregunto si alguien nos persigue o nosotros vamos detrás de los demás a su captura. El caso es que todo son prisas; las cosas se piden de hoy para "ayer", interrumpimos para preguntar por algo que nos interesa, tropezamos materialmente con la gente, no escuchamos lo que los demás nos quieren decir o preguntar, etc.
Un ejemplo: veo a un chico en la calle (no muy bien vestido por cierto, pero eso no es extraño hoy día) acercándose a la gente como queriendo decir algo y todas las personas, sin detenerse lo mas mínimo, le hacían con la mano una expresión negativa; yo me acerque por curiosidad y el chico dijo: me puede escuchar por favor solo quiero saber donde esta una calle que no encuentro.
La gente, sin escuchar absolutamente nada, creía que estaba pidiendo. Esto me hizo pensar ya que aunque solo fuera para decirle a esta persona un no por lo menos habría que ver que quería.
Otro ejemplo mas peligroso, creo yo, son las personas que acuden al medico y no tienen tiempo de esperar unos minutos a que salga el paciente anterior, o de ponerse un tratamiento porque su trabajo no se lo permite, o que quieren soluciones ¡ya! y con absoluta seguridad de éxito.
Creo que cada cosa tiene su tiempo y hay que saber vivirlo, porque cuando nos pasa algo "importante" nos damos cuenta de lo fugaz que es todo, y que no sabemos saborear lo cotidiano, lo pequeño del día a día.
Habrá que enseñar a las niñas de la foto a que sean personas sin prisas y se paren a escuchar al menos cuando alguien les quiera decir algo... eso si, sin fiarse de todo el mundo... que hay mucho loco suelto.
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