viernes, 30 de abril de 2010

Risas



Aunque hace tiempo que empezó la primavera ahora parece que va haciendo efecto en las personas.
Hoy he notado el ambiente un poco alterado, es cierto que es viernes y se nota el cansancio de la semana.
Los pacientes también estaban un poco "impacientes", todos tenían prisa por entrar los primeros a la consulta.
Ha llegado una señora muy seria y nerviosa para que le curara una herida de una intervención quirurgica y le ha preguntado a la doctora ¿me quedara bien la herida?, ¿me quedara señal? y la doctora le ha respondido: no señora porque la ha operado "la mejor, que soy yo".
A continuación le he dado cita para retirarle los puntos de sutura y me ha preguntado ¿me dolerá? y le he contestado: no señora porque se los va a quitar "la mejor, que soy yo".
La señora y su marido, que le acompañaba, han soltado una carcajada y se ha marchado riéndose y sin nervios.
La doctora y yo también nos hemos reído y hemos hablado de lo poco que cuesta quitarle los nervios a las personas.
A lo mejor en otra ocasión nos sale mal pero hoy ha tenido efecto

miércoles, 28 de abril de 2010

Recomienzo


Hoy víspera de la festividad de Santa Catalina de Siena, me encomiendo a ella para recomenzar una vez mas mi sencillo blog. No me quiero dar por vencida ya que en realidad me gusta.

Podría tratar varios temas, ya que hay muchos en el ambiente (el ataque a la Iglesia y al Papa, la crisis, la nube volcánica, el real Madrid y el Barcelona, el velo islámico, etc, etc; pero como el objetivo de mi blog es tratar de hablar de los temas cotidianos de mi trabajo, me voy a lanzar con los distintos modos de comportarse los pacientes, en concreto los que hoy han acudido a mi consulta.

Yo quiero pensar que a todos les traicionan los nervios, pero unos saben dominarlos y otros no.

La señora mayor que no para de hablar, diciendo antes de empezar que cuando tiene que volver; la jovencita hablándole al medico de tu y el medico a ella de usted; el señor que no dice casi nada y cuando sale de la consulta pregunta cual es su diagnostico; y así podría seguir con otros casos.

Mi reflexión es que el personal sanitario tiene que estar al "quite" y saber interpretar lo que cada persona quiere manifestar y esto no por altruismo o por hacer un favor sino por simple profesionalidad; y también por un poco de sentido común.

Solo con ponernos en la piel del paciente la cosa cambia y entendemos sus temores, sus nervios, sus preguntas "tontas".

Y para todo esto hace falta un mínimo de calma, de serenidad, y de tratar a cada persona como si fuera única.